El PP hace balance de los dos primeros años de gobierno del Partido Socialista en el ayuntamiento de Villanueva de Córdoba.
8 de julio de 2025
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8 de julio de 2025

Fallece Felipe Ferreiro, El Guardián de la histórica Venta de la Inés.Se nos ha ido el último Quijote de la Mancha

(Obituario escrito en las redes sociales por Pedro Romero, presidente del Club Deportivo Churriagos).

Felipe Ferreiro Alarcón (1930–2025) fue mucho más que un luchador o un vecino aislado que defendía lo suyo frente al “Poderoso”. Fue, en realidad, el alma viva de la Venta de la Inés, la histórica posada cervantina enclavada en pleno Valle de Alcudia, que él custodió con determinación, dignidad y ternura durante casi toda su vida.
Hombre de raíces profundas y carácter templado, Felipe encarnó durante décadas una resistencia serena pero firme frente a la desidia de las instituciones y los abusos de quienes intentaron silenciar su existencia. Su hogar, esa venta con más de 900 años de historia literaria y popular, se convirtió en símbolo de tenacidad gracias a su voz y su presencia, incluso cuando le fueron negados los suministros más básicos: agua y luz.
Desde mediados de los años 80, Felipe luchó en soledad, junto a su familia, por el derecho a vivir en paz en la Venta. Durante más de 30 años, libró una batalla legal y moral para conseguir agua corriente, que finalmente alcanzó en 2018, ya con casi 90 años. Aquel día histórico, cocinó sus primeras migas de nuevo con agua del Tablillas: fue su manera silenciosa de celebrar la justicia.
Amable, sabio, generoso, dueño de una memoria prodigiosa y de una hospitalidad sin límites, Felipe recibió durante décadas a viajeros, senderistas, periodistas, estudiosos y curiosos que acudían a escuchar la historia de un lugar sagrado del Quijote contada por alguien que no solo la conocía: la vivía.
Felipe Ferreiro no buscó nunca protagonismo. Buscaba respeto. Y en ese respeto ha cimentado su legado: el de un hombre que defendió su casa sin aspavientos ni odio, con una voluntad invencible y una decencia que hoy rara vez se encuentra. Su muerte, serena pero inevitable, marca el final de una época. Pero su vida deja una semilla que no puede ser arrancada: la de la resistencia tranquila frente al olvido, la de la dignidad sin estridencias, la de quien no quiso otra cosa que vivir en paz donde nació su historia.
Hoy la Venta queda más sola, pero más eterna. Porque mientras alguien recuerde el nombre de Felipe Ferreiro Alarcón, su voz seguirá sonando entre los muros, entre los robles, entre las páginas del Quijote y entre quienes aún creemos que vivir con raíz es una forma de honrar la vida.
Descansa en Paz amigo Felipe.